Generalidades
La marihuana conocida también como Hashish o Cannabis, es un alucinógeno-depresor. Hace referencia a la planta Cannabis sativa, es originaria de Asia Central, cultivada en extremo Oriente desde tiempos remotos y se extendió su cultivo a todo Occidente. La marihuana se compone de hojas, tallo, semillas y flores secas de la planta, mientras que el hachís es obtenido de la resina de la planta. Su aspecto es el de una pasta más o menos dura y aceitosa; el color varía del marrón al negro. Usualmente es fumada en cigarrillos, pipas o es adicionada a alimentos como galletas, brownies y té de hierbas. La resina de la planta puede ser secada y comprimida en bloques llamados hachís que se fuma. Todas las partes de la planta poseen las sustancias psicoactivas que caracterizan su acción tóxica.
La planta está ampliamente distribuida en el mundo, no solo por su consumo ligado a la drogadicción, sino también porque se ha utilizado con fines: industriales, espirituales y medicinales.
Composición
La planta contiene más de 400 compuestos de los cuales más de 60 son cannabinoides, sin embargo el principal cannabinoide que se encuentra en esta planta es el delta (Δ)-9-tetrahidrocannabinol (THC) el cual es el responsable de los efectos psicoactivos. Esta molécula se encuentra en concentraciones variables según la presentación, siendo que las hojas contienen 1-10%, el hachís o resina contiene aproximadamente un 20% mientras que en el aceite del 50% la conforma esta molécula.
Forma de consumo
Se puede consumir fumada, en infusiones o en algunas comidas como tortas. La forma más habitual de consumo en nuestro medio consiste en cigarrillos preparados a base de hojas, botones florales y tallos, cuyo contenido de psicoactivos es variable. La absorción es muy amplia y rápida por vía inhalatoria, el rápido inicio de acción se debe a una pronta llegada al cerebro, sin embargo sufre pirolisis durante la combustión (30%) y se pierde un gran porcentaje en el humo (40-50%). Una vez ha alcanzado los pulmones se absorbe rápidamente y se logran concentraciones máximas a los 3-8 minutos. Si por el contrario, la vía de exposición fue oral, hasta el 90-95% de THC es absorbido, no obstante no se alcanzan concentraciones tan altas y se retrasan en el tiempo (30 min). Se ha demostrado que los cambios fisiológicos y percepciones subjetivas ocurren simultáneamente con el aumento de las concentraciones sanguíneas.
Efectos del consumo de marihuana en la salud
Los efectos del consumo de esta sustancia son variables dependiendo del tipo de variedad que es consumida, la vía de administración, la vulnerabilidad individual a los efectos, la experiencia del consumidor y la dosis administrada. Los principales síntomas se dan sobre el sistema nervioso central y van desde euforia, somnolencia, alteración en la percepción del tiempo y aumento del apetito en intoxicaciones leves, pasando por amnesia, déficit de atención, dificultad para concentrarse, incapacidad para realizar actividades complejas, alteraciones del ánimo como episodios de risa y depresión y desorientación en las intoxicaciones moderadas hasta presentar debilidad, incoordinación motora, letargia, dismetría, ataxia, disartria, ansiedad, espasmos musculares, depresión respiratoria, coma y convulsiones en las intoxicaciones severas.
Dentro de los síntomas y signos físicos, es posible ver midriasis, inyección conjuntival, sed, taquicardia sinusal e hipotensión ortostática, hipotermia, aumento del apetito, a los cuales se suman el olor a "hierba quemada" del individuo y sus ropas, así como las manchas amarillentas en las bases de los dedos índice y pulgar.
El consumo crónico de esta sustancia produce una serie de adaptaciones en los sistemas endocanabinoide y dopaminérgico, que determina que al suspender el consumo, las neuronas de estas áreas presentan disminución de actividad, generando el denominado Síndrome Amotivacional, el cual se caracteriza por: afecto negativo, abulia, ideas de minusvalía, disforia y síntomas distímicos crónicos convirtiéndose en un disparador de las recaídas Por otro lado, el consumo de marihuana puede despertar un trastorno psiquiátrico preexistente (manía o esquizofrenia), el cual persiste aun después de que la sustancia sea eliminada del organismo. Otras manifestaciones del consumo crónico son la presencia de cáncer de pulmón y cabeza y cuello, así como las alteraciones en la fertilidad por oligoespermia, alteraciones menstruales o descenso en la ovulación
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