El bullying es una forma de violencia, que tiene actualmente repercusión en el ámbito
escolar, situación que ha venido generando consecuencias negativas, ejemplo de ello, es el
uso y abuso de sustancias psicoactivas por parte de adolescentes en edades comprendidas
entre los 10 y 14 años, contribuyendo así al aumento de indicadores relacionados con el
inicio temprano de consumo de drogas en esta población.
Se realizó un estudio transversal comparativo con el fin de establecer relaciones y diferencias entre la exposición y ejecución de la violencia con el uso de sustancias psicoactivas, encontrando que los estudiantes con conductas violentas presentan frecuentemente consumo activo de alguna droga, en contraste, en la víctima esta situación de violencia se puede comportar como un factor que reduce el riesgo, excepto, si la violencia presentada es de tipo físico.
Se ha logrado establecer que el consumo de SPA y el bullying guardan relación, siendo esta
situación una problemática presente en las instituciones educativas; el presente artículo
deja en evidencia solvencia sobre la temática por parte de los profesores de las
instituciones y hace un llamado desde la necesidad percibida por los docentes de involucrar
a los padres y a un equipo interdisciplinario para ayudarles a los jóvenes afrontar diversos
problemas de manera adecuada, con el fin de disminuir los índices de violencia y consumo de
SPA.
En la presente investigación se concluye que el bullying debe ser tratado como un problema
de salud pública, que demanda intervenciones tempranas e integrales que incluyan alumnos,
familias y personal educativo. La escuela debe ser un espacio donde exista personal
especializado que pueda atender la problemática que genera el bullying y evitar del mismo
modo el posible consumo de drogas y otras conductas generadas por el acoso escolar.
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