Las NSP han sido conocidas en el mercado por términos como “euforizantes legales”, “sales de
baño” y “drogas sintéticas”. A fin de promover una terminología clara sobre este tema, la
UNODC utiliza el término “nuevas sustancias psicoactivas (NSP)”, las cuales se definen como
“sustancias de abuso, ya sea en forma pura o en preparado, que no son controladas por la
Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes ni por el Convenio sobre Sustancias
Sicotrópicas de 1971 pero que pueden suponer una amenaza para la salud pública”. El término
“nuevas” no se refiere necesariamente a reciente invención, varias NSP fueron sintetizadas
por primera vez hace más de 40 años, pero son sustancias que han llegado a estar disponibles
recientemente en el mercado.
Uno de los primeros estudios realizados sobre el fenómeno en Europa, sustituye el nombre de
“nuevas drogas” por el de Drogas Emergentes, definiéndolas como: “Sustancias que aparecen en
el mercado de las drogas en un momento determinado y son una novedad en su disponibilidad,
uso indebido o síntesis. Estas drogas emergentes pueden ser conocidas previamente o de nueva
producción, pueden haber aparecido anteriormente o nunca antes, y no están incluidas en las
listas de sustancias psicotrópicas o estupefacientes y por lo tanto no tiene el estatus de
ilegales.
Según el Informe Mundial Sobre las Drogas 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito UNODC, el Cannabis sigue siendo la droga más consumida en el mundo, sin embargo las nuevas sustancias psicoactivas (NSP) coexisten con las de origen natural o clásicas; originando un notable incremento del consumo con fines no médicos de medicamentos que son de prescripción, como lo son las sustancias de origen desconocido en contexto ilícito y que se hacen pasar por medicamentos, cuando en realidad están destinadas al consumo con fines psicoactivos. Actualmente se considera que los consumidores tienen a su alcance una amplia variedad de sustancias y mezclas de ellas. El mercado de las NSP está en constante cambio, diferentes métodos de ocultamiento, transporte y tráfico son objeto de supervisión por las autoridades competentes.
La diversidad de NSP aumenta en el mundo cada año, el documento Current NPS Threats- Volume
I”, de marzo de 2019 de la UNODC refiere que de 2008 a 2019, 119 países reportaron un total
acumulado de 899 NSP. Los informes de cannabinoides sintéticos continúan disminuyendo desde
2014; sin embargo, continúan asociados con altas tasas de muertes. Se registraron 62
opioides sintéticos para 2019, 110% de aumento en tres años.
El mercado de drogas sintéticas nunca ha sido tan complejo ni ha estado tan difundido; en
particular, la variedad de sustancias con efectos estimulantes que en él circulan, como los
estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) tradicionales y las NSP. La rápida evolución de las
drogas sintéticas requiere disponer de servicios clínicos y forenses dotados de equipo
apropiado y recurso humano, así como aplicar nuevos criterios para reunir información sobre
el consumo de drogas, asociado a que muchos consumidores desconocen la realidad acerca del
compuesto que están usando.
El Ministerio de Justicia y del Derecho creó el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de
Colombia, con el fin de monitorear y alertar oportunamente la aparición de NSP y cambios en
los patrones de consumo de drogas, como parte de las funciones del Observatorio de Drogas de
Colombia. El objetivo es informar a las autoridades para fortalecer los controles y
comunicar a la comunidad en general con el fin de prevenir o reducir los riesgos asociados
al uso de estas sustancias.
Entre las NSP detectadas en Colombia, se destacan siete sustancias de la serie “NBOMe” que
comúnmente son comercializadas bajo el nombre de LSD (1). Desde el año 2013, el SAT reportó
el primer hallazgo de dos moléculas de esta serie y en 2014 se conoció la presencia de otras
cinco moléculas.
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