La investigación encontró que en ambas muestras (niños y niñas) el consumo ocasional de bebidas alcohólicas se hizo presente y en menor proporción el consumo de tabaco; el consumo ocasional de alcohol en los niños parece estar asociado a situaciones conflictivas en el contexto familiar, las primeras experiencias de consumo de alcohol se producen en las propias casas de los niños. Así mismo, se destaca la alta proporción de consumo de alcohol entre los niños más pequeños (8 a 10 años), sobre todo entre las niñas.
Este trabajo se destaca por ser el primer reporte de Uruguay en dar a conocer la frecuencia del consumo de alcohol en niños y adolescentes hospitalizados. Se encontró que casi el 40% de los niños y adolescentes entre 9 y 15 años, incluidos en la investigación, habían consumido alcohol alguna vez en su vida. Los hallazgos reflejan la importancia de realizar pesquisas en edades tempranas, más aun cuando el Observatorio Nacional de Drogas (2014) refleja que la edad promedio de inicio del consumo de alcohol es de 12,8 años, pero que el 14% ha experimentado con el alcohol antes de cumplir los 12 años.
El predominio del inicio precoz del consumo de bebidas alcohólicas sobresale dentro de la investigación. De igual forma, se evidenció insuficiente atención a la adolescencia temprana con consumo de bebidas alcohólicas. En la información brindada por los padres o tutores, se encontró su desconocimiento y la falta de percepción del riesgo. En referencia con el personal de educación se recomienda incrementar su preparación, ya que una fuerte relación entre los adolescentes y profesores condicionan menor uso de sustancias.
En el estudio se observa que uno de cada siete estudiantes presentó un patrón de consumo abusivo de alcohol. Dentro de los factores asociados se destacan la influencia de los amigos, la familia, la edad y el comportamiento antisocial. La importancia del monitoreo del consumo de alcohol en poblaciones jóvenes, radica en la posibilidad de predecir el comportamiento futuro del consumo y en la determinación de los factores asociados que pueden ser motivo de intervención en programas de prevención primaria y secundaria.
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