La investigación resalta las características y consecuencias del consumo crónico de cannabis y su peligrosidad como droga de abuso. Como trastorno adictivo se sugiere que el consumo cotidiano puede provocar dependencia con las respectivas consecuencias dentro de los diferentes aspectos de la persona consumidora, en especial, lo relacionado con lo familiar, social y mental. En relación entre cannabis y psicosis, señala la investigación que al parecer el consumo de cannabis puede provocar trastornos de este tipo cuando exista cierta predisposición a ellas.
Dentro del estudio se encontró que los cannabinoides de marihuana impactan negativamente en la memoria a corto plazo, memoria de trabajo y la toma de decisiones. A la vez, el estudio plantea que dicha información puede ser usada como un argumento biológico para interpretar hallazgos clínicos y epidemiológicos en los que el consumo de marihuana ha demostrado que tiene relación con problemas tales como accidentes de tránsito, psicosis, depresión, y bajo rendimiento académico entre otros.
Los resultados sugieren que los consumidores de marihuana dan mayor importancia a situaciones o experiencias que impliquen gratificación inmediata, ignorando las posibles consecuencias adversas. La investigación corrobora lo revisado en la literatura de investigación en cuanto a que se encontraron diferencias significativas entre la ejecución del grupo control (no consumidores de marihuana) y la del grupo de consumidores de la sustancia. En las decisiones que los consumidores de marihuana tomaron en la prueba, conseguían ganancias inmediatas pero en contraparte obtenían mayores pérdidas.
El estudio encontró una asociación entre el consumo de marihuana en adolescentes y efectos nocivos sobre el funcionamiento cerebral, en especial en funciones cognitivas involucradas en el aprendizaje. Se destacan los siguientes aspectos en donde la sustancia es de riesgo para el consumo: la percepción de la sustancia, el fácil acceso a la misma, el incuestionable efecto nocivo sobre las funciones cognitivas, el aumento del número de mujeres adolescentes consumidoras, la inducción del cannabis al uso de otras sustancias y la disminución de la edad de inicio del consumo. Estos aspectos constituyen un problema para las políticas de salud pública que compromete a la escuela, a los adolescentes y a sus familias.
La desinformación sobre la marihuana y sus efectos, así como el incremento en la frecuencia del consumo, aumentan la probabilidad del uso de otras drogas ilegales. Más peligroso aún es el grado de distorsión de información de la sustancia, lo cual es aprovechado por asociaciones y personas para argumentar y generar estrategias en pro de la legalización y legitimación social del consumo. Otro aspecto a resaltar tiene que ver con el consumo de marihuana y de otras drogas, las cuales afectan diferentes circuitos neurológicos del cerebro que controlan los deseos y las emociones.
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