Varios estudios han evidenciado que el consumo de alcohol puede deteriorar habilidades cognitivas, se evaluó a un grupo de universitarias clasificándolas en grupo de bajo y alto riesgo de consumo de alcohol, evidenciando puntajes más bajos en pruebas de percepción y razonamiento abstracto. Además, se resalta en el estudio que el tratamiento de las adicciones ha de ser interdisciplinar y también multicomponente, por lo que resulta de vital importancia que se incluya en los tratamientos técnicas de rehabilitación cognitiva para la mejora de los déficits provocados por dichos trastornos.

¿Qué tan importante podría ser la evaluación neuropsicológica en consumidores de cocaína? En esta revisión se señala que la adicción a la cocaína produce alteraciones ejecutivas que pueden afectar la capacidad para retener instrucciones complejas, así como seleccionar información relevante. Los adictos a la cocaína pueden encontrarse con más dificultades para modificar su conducta y adaptarla a nuevos contextos. Así mismo, pueden verse afectados por una toma de decisiones impulsiva y que priorice las consecuencias a corto plazo de su conducta. Esto lleva a sugerir la evaluación neuropsicológica como una prueba de rutina a todas las personas que inician tratamiento.

El estudio señala que el principio activo de la marihuana denominado tetrahidrocannabinol, impacta negativamente en la memoria a corto plazo, en la memoria de trabajo y en la toma decisiones. Además, hay estudios que soportan que por consumo de esta sustancia se presentan alteraciones en la manipulación neuromotora, en la conducta motora y una posibilidad de aparición de esquizofrenia y depresión. Estas alteraciones pueden impactar el proyecto de vida del individuo en áreas como la académica. También dificulta actividades que requieren habilidad motora y percepción, necesarias para algunas actividades laborales y de conducción, aumentando así la probabilidad de accidentes.

Los investigadores destacan la relevancia que cobra el consumo de drogas de abuso en la salud física y psicológica de los consumidores, la cual se asocia a déficits neurocognitivos. De igual manera, se destaca cómo el tiempo y el tipo de consumo son determinantes en el deterioro cerebral producido por estas sustancias.