En el artículo se discute que el consumo de drogas ha aumentado en el país, posiblemente por la legalización de la dosis personal y de igual manera, la lucha contra el narcotráfico hace que éstas se queden dentro del país. La heroína y otros opiáceos son las drogas menos consumidas por la población entrevistada, a pesar de haberse popularizado su consumo y facilitado su acceso. Se destaca como un factor de riesgo tener un amigo o docente consumidor y como factor de protección el mantener un proyecto de vida claro.
La influencia de los medios de comunicación en el consumo de alcohol en los adolescentes se asume como algo importante para tener en cuenta, debido a que éstos pueden ser vistos como algo novedoso y sus contenidos como un ejemplo a seguir en una conducta real y de imitar. Se percibe que a su vez, los mismos medios no ven el papel tan importante que representan en la educación debido a los contenidos que emiten, creando dobles mensajes tanto en la prevención como en la incitación al consumo, en especial con el alcohol.
La adolescencia se plantea como etapa fundamental para prevenir hábitos no saludables hacia el desarrollo de los jóvenes. Es de destacar que los jóvenes que participaron en el estudio presentan menos probabilidad de contacto con algunas sustancias que aquellos que no participaron en el mismo, mostrando a su vez que el índice de contacto para estos últimos sería mayor con las sustancias. Es importante tener en cuenta que los programas de prevención se deben prolongar en el tiempo, con el fin de garantizar la participación de los jóvenes que vienen en el desarrollo del programa.
Se destaca dentro de la investigación la evaluación de diferentes modelos teóricos de prevención que van desde la intención de consumir drogas hasta la percepción del autocontrol de situaciones de alto riesgo. Debido a esto, se plantea que la intervención a la población desde el programa fue exitosa, de igual forma se ve la necesidad de revisar la aplicación del mismo trabajo para evaluar otro tipo de poblaciones.
La etapa de la adolescencia ha pasado a ser un factor de riesgo luego de haber sido considerada un factor de protección; se plantea cómo las áreas de la familia, la salud mental, la recreación y la conducta son de alto riesgo en aquellas personas mayormente vulnerables, las cuales deberían ser diagnosticadas tempranamente. Es importante destacar que dentro de los factores de riesgo, en primera medida está la familia, seguida de la salud mental y dentro de los factores de bajo riesgo se encuentran las habilidades sociales y el uso de drogas.
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